jueves, 29 de junio de 2017

Día 30. Junio 29. Faltan 98 días.



Hoy el pequeño Felipe tuvo cita en donde la pediatra. La cita era a las 10:40 am y preferí no llevarlo al jardín en la mañana para podernos organizar bien y salir sin afanes. Ya tendría tiempo en la tarde para compartir con los compañeritos. Aprovechamos para que Ángela pudiera conversar largo y sin afán con él.

Previendo el tráfico complicado de Bogotá salí una hora antes para el centro médico. Efectivamente nos movimos lento y Felipe aprovechó para dormir en el trayecto. Sin embargo llegamos todavía muy temprano y él seguía durmiendo. Lo dejé. Se había despertado a las cinco de la mañana y ya era hora de su siesta.

Entramos al centro médico e hice la fila para hacer la admisión y pagar el bono. Pipe se me recostó en el hombro con esa ternura infinita que parece como si se incorporara como una cavidad más de mi corazón. Un señor mayor que hacía fila se enterneció con el pequeño Felipe y me dijo, en un tono amable y gracioso, que se parecía a Messi. Yo sonreí y asentí, pero tengo claro que Messi de chiquito era feíto. Pero por supuesto, no dije nada, Messi en cualquier caso es un cumplido para cualquier niño.

La cita empezó muy puntual. La pediatra era nueva para nosotros y para el pequeño Felipe. A la anterior decidimos cambiarla porque para una simple tos le mandó Salbutabol, que es supremamente fuerte para un bebé y la verdad consideramos que la pediatra estaba exagerando el diagnóstico y poniendo el peligro la salud de Felipe. Sabemos y respetamos los conceptos médicos, pero yo ya había hecho curso con el asma de Nicolás y sabía que para lo que tenía Felipe el medicamento que le ordenaron era desproporcionado. Además, venía respondiendo bien a los medicamentos homeopáticos que le mandaba el pediatra que tenía Felipe cuando pagábamos medicina prepagada. La pediatra anterior no nos inspiró confianza ni tenía carisma, y es claro que la conexión y empatía entre el pediatra y los padres tiene que fluir como agua de manantial. Cualquier ruptura en la comunicación puede ser perjudicial para el bienestar del niño. Y la verdad, con esta nueva pediatra, sentí esa conexión. Fue cariñosa con Pipe sin ser melosa y fue afectuosa conmigo de una manera muy profesional. Me confirmó que el Salbutamol era exagerado para la afección gripal que tiene el bebé y que con los medicamentos homeopáticos se puede manejar perfectamente. Fue complicado tomarle el peso la altura porque no se me quería despegar, pero después de convencerlo a punta de caricias y mimos accedió a que lo midieran. 12,4 kilogramos y 83 centímetros, está grande para su edad y un poco por encima del promedio según la curva de crecimiento. La pediatra lo encontró bien, saludable y creciendo sano de acuerdo con su edad. Eso me dio una tranquilidad infinita. Los problemas de salud que tuvo Pipe recién se fue Ángela alcanzaron a deprimirme y a confrontarme sobre si iba a ser capaz de mantenerlo sanito durante estos cuatro meses que estará bajo mi cuidado. La cita de hoy me tranquilizó y me dio la serenidad de saber que mientras lo tenga bien alimentado, bien abrigado y lejos de peligros, podré mantenerlo bien hasta que nos volvamos a encontrar con Ángela, que es el analgésico para todos los males del pequeño Felipe.

A las 11:30 de la mañana lo dejé en el jardín y a pesar de que llegó tarde no tuvo problema alguno para quedarse. Yo me fui para la casa para conversar algunas cosas con Ángela y por la tarde vi la semifinal de la Copa Confederaciones para ver la pela que Alemania le dio a México. Me quedé dormido un rato y me desperté justo para ir a recoger a Felipe. La tarde fue típica como todos estos días. Llega a comer algo de fruta o jugo, le sirvo la comida al filo de las seis, lo empiyamo a las 6:30 pm y a las siete ya está en su cuna listo para dormir. Se durmió rápido, estaba cansado, porque hoy hizo su siesta más temprano que de costumbre.

La jornada pedagógica que había en el jardín de Pipe mañana no se va a llevar a cabo y por lo tanto tendrá una jornada normal para terminar su semana. Viene el último puente de estos tres que pasan en seguidilla. Con Pipe ya tenemos una rutina más o menos definida que nos facilita la vida porque él sabe qué viene a cada hora y eso me conviene porque no tengo que forzar las actividades que nos corresponden juntos. Él sabe qué le toca según el momento y me ayuda.

Hoy me alegró mucho saber que está bien, sanito y animado. Es mi temor más grande penar por la salud del pequeño Felipe porque la salud es el requisito indispensable del bienestar y si su salud está bien, su ánimo depende de mi ingenio.

Nicolás me llamó para decirme que viene para acá a pasar la noche. Mañana su "nanu" estará en casa para alegría del pequeño Felipe. Le alegra mucho ver a "nanu" en casa.

Bueno, los días siguen pasando. Muchas gracias por estar acá de nuevo y leerme. Feliz noche.


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