miércoles, 14 de junio de 2017

Día 15. Junio 14.


Pipe estuvo tosiendo anoche. Solo de vez en cuando, pero igual no pude dormir bien. Las enfermedades que más me preocupan y angustian de los niños son las respiratorias. Y es que a Nicolás le dio bronquiolitis cuando tenía apenas tres meses y duró con asma hasta los seis años. Era horrible verlo respirar con dificultad y tener que salir con él corriendo para urgencias en las madrugadas frías para que le hicieran nebulizaciones y terapias respiratorias. Recuerdos amargos de noches largas y tristes. Afortunadamente el pequeño Felipe ha tenido pulmones y bronquios fuertes, pero cada vez que tose me siento inquieto, me preocupa y se me daña el sueño.

Se despertó a las siete de la mañana, tranquilo y sin rastros de haber tenido una mala noche. No tuvimos que correr para la alistada porque hoy vino Doris y me ayudó con el desayuno, con lo que me gané unos minutos.

Pipe habló con Ángela un rato mientras lo vestía. No la pudo ver porque no había imagen en el Skype, pero apenas la escuchó me señaló sus fotografías y me dijo "mamá". Estaba contento, le gustó escuchar la voz de su mamá y lo celebró con serenidad, como si supiera que esta es la situación y que va a durar un tiempo.

Llegamos al jardín y Pipe se encontró en la puerta con sus primos, que son los hijos de la hermana de Ángela, Ana Catalina y Antonio. Se alegró de verlos y entró con ellos para perderse entre los demás compañeritos.

Regresé a la casa y Doris estaba limpiando algunas cosas en la cocina y escuchando noticias. Anunciaron un tiroteo en Estados Unidos en el que un demente arremetió a bala contra un grupo de republicanos. Doris me dijo "hay cada loco en este mundo" a lo que asentí con la cabeza. Siguió hablando, como buscándome conversación y continuó "nosotros somos desplazados por la violencia" ¿De dónde? le pregunté. "De Valparaiso Caquetá". Yo le dije -Yo estuve en Florencia trabajando en el CTI. Renuncié porque pensé que me iban a matar. Duré solo dos meses-. Ella reviró "a mí me dieron un balazo en la cadera en un combate entre los paras y los guerrillos". No dije nada más. No pregunté nada más. Yo salí corriendo de Florencia muerto de miedo sin haber perdido nada. A ella la desplazaron con su familia con un tiro en la cadera teniendo que dejarlo todo. No tenía mucho más que agregar. Solo descubrí una historia que ella está dispuesta a contarme y que yo estoy dispuesto a escribir. Ya le preguntaré, porque en ese momento debía salir a hacer vueltas de banco. Las divertidas vueltas de banco.

A las cinco en punto pasé por el pequeño Felipe. Lo encontré feliz, relajado, jugando sin mucho afán de salir. Eso me agrada porque veo que Pipe está realmente contento, que se ha adaptado a sus nuevos horarios y sus nuevos entornos, que en el jardín ha encontrado la diversión y el entretenimiento que yo no le puedo dar en casa y que el tiempo que compartimos es corto pero ameno, de calidad, no me genera estrés ni yo a él. Realmente disfrutamos el tiempo que estamos juntos.

Cuando llegó a la casa le di melón y papaya picaditos. Se las comió sin problema. La casa estaba impecable, Doris la dejó reluciente. El pequeño Felipe pulverizó una galleta en el piso y al ver que había hecho reguero fue a buscar su escoba y su recogedor. Solo logró esparcirla más, pero me enterneció ese sentido del orden que le afloró espontáneamente.

Luego seguí con la rutina de darle la comida mientras veía la colmena feliz. Estaba cansado, sabía que se iba a dormir temprano y por segunda noche consecutiva se dejó empiyamar sin resistencia alguna.

Se quedó dormido mientras se tomaba el tetero, rendido, sin chistar. Mañana voy a hacer el intento de escribir los dos artículos que tengo en el tintero y que no me fluyen. Simplemente voy a escribir, lo que salga, y luego le doy forma. No puedo seguir anquilosado viviendo la vida del pequeño Felipe cuando él ya está tranquilo y me lo demuestra cada día. No puedo seguir buscando excusas en él cuando los problemas están en mí. Sobre esto tengo que reflexionar con la almohada.

Bueno, acá estoy, pasando este día quince un poco parco, sin mucho color. Pero me acuesto tranquilo sabiendo que la tos de Pipe no avanzó. Quizás fue solo frío.

Feliz noche para ustedes. Gracias por seguirme en esta maratón. La meta se ve lejana, pero los pasos van firmes, día a día, como el que dejo plasmado hoy. Hasta mañana.


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