lunes, 24 de julio de 2017

Día 48. Julio 17. Faltan 80 días.


Lunes. Empieza una nueva semana. El pequeño Felipe debería llegar al jardín a las ocho de la mañana como todos los días pero hoy, lunes, no será así. Yo voy a aprovechar que aún estoy en la casa de mi mamá para hacer una diligencia en la notaría de Cota y regresaré para dejar al pequeño Felipe en el jardín antes del medio día, sin poder precisar aún la hora.

El día está gris, destemplado, un lunes con cara de lunes. Sin embargo, el pequeño Felipe se ha levantado "con todos los poderes" como dice mi hijo Nicolás para referirse a una persona animada. A las ocho de la mañana llegó mi hermano a recogerme para hacer la vuelta en Cota. Pensé que el pequeño Felipe se quedaría tranquilo con mi mamá, pero no, me armó pataleta y se ganó su paseo gratis a Cota. Por supuesto, se durmió en el carro. Cualquier cosa impulsada por un motor de combustión lo duerme. Lástima que el espacio del apartamento no me permita meter el carro para pasearlo un rato en esas noches de rebeldía, cuando no se quiere dormir temprano. No fallaría.

Hicimos la diligencia rápido. Ahora es raro que los trámites en las notarías sean demorados. Yo recuerdo hace muchos años que ir a una notaría era uno de los peores castigos, muy cerca en el ranking de tener que hacerle la visita a los hijos de los amigos de los papás. Los trámites eran eternos, las filas insoportables, los funcionarios desagradables. Ahora todo eso ha cambiado. Si hay algún sector al que le han favorecido los avances tecnológicos, es a las notarías. Todo es más rápido, amable y sencillo. Bendita tecnología. Pueden hacer de un lugar tan tedioso como una notaría, un sitio potable. Tampoco divertido. No exageremos. El pequeño Felipe me acompañó en la diligencia y para su dicha habían celebrado un cumpleaños hace poco en el lugar por lo cual había unas bombas detrás del mostrador que Pipe con buen olfato encontró. Miró desde el pasillo y me dijo "pomba, pomba". Me asomé con él y las bombas estaban en el piso, como esperando por él. Sin ninguna vergüenza atravesó el mostrador y cogió las bombas. Yo le sonreí a las señoritas de la notaría y absolutamente enternecidas con el pequeño Felipe lo dejaron llevárselas, lo que él correspondió con esa sonrisa que derrite a cualquiera.

Regresamos a la casa de mi mamá y sin esperar salimos para Bogotá para que Felipe llegara antes del medio día a su jardín. Llegamos a las 10:30 am y el pequeño Felipe se quedó de mal genio porque venía dormido en el carro y el despertar no fue el más amable. Lo dejé con su profe Diana quien supo lidiar con el mal genio de Pipe y rápidamente le sacó una sonrisa. Yo me fui para la casa, para seguir organizando cosas y documentos que son los tantos pendientes que tengo para alistar nuestro reencuentro con Ángela. Estoy colgado con eso de avanzar en los pendientes, creo que mucho más colgado de lo que llevo este diario.

A las cinco en punto llegué por el pequeño Felipe al jardín y estaba jugando animado con los compañeritos que se quedan hasta esa hora. No lo apuré. Lo dejé jugar un rato y solito me estiró los brazos para que nos fuéramos. En la casa retomamos la rutina sin mayor sobresalto. Pipe se tomó su jugo con galletas y se comió medio banano. Jugó un rato con las "pompas" que le regalaron en la notaría, a las seis le di la cena y a las siete pasadas ya estaba durmiendo.

El día del pequeño Felipe fue tranquilo, no se alteró su rutina a pesar de que los fines de semana suele cambiar sus horarios y retornó a la normalidad de su casa, de su cuna, de su espacio que tanto extraña y que tanto aprecia.

Bueno, el retraso de mi diario ya llegó a la semana. Sin embargo, pienso seguir retando a mi memoria y a mi tiempo para seguir escribiendo y pasando las hojas del calendario aunque esté colgado. Seguiré avanzando, día a día, con paciencia y calma hasta ponerme al día. Preferí escribir en presente, como si fuera al día, porque le da más fluidez a mi memoria y me llegan más frescos los recuerdos del día.

Muchas gracias por leerme. Una feliz noche para todos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario