lunes, 10 de julio de 2017

Día 40 Julio 9. Faltan 88 días.


Ayer fue uno de esos días ambivalentes, en los que casi todo sale mal pero hay algo que nos mantiene contentos. Mi tos ha empeorado en estos días. La noche del sábado al domingo fue tenebrosa para mí pero afortunadamente Pipe pasó una noche maravillosa. Solo lo tuve que recoger tres veces del tapete, pero ni siquiera se despertó. A las siete y media de la mañana abrió los ojos, hace rato no dormía tanto. La foto se la tomé poco antes de que se levantara.

Mi partido era a las once de la mañana, entonces tuve tiempo de darle el desayuno y de bañarlo. Cuando me iba a ir Pipe se quedó tranquilo. Pero a mí se me empezó a complicar el día. Se me quedó el radio del carro prendido toda la noche y la batería amaneció muerta. No hubo forma de prender el carro ni empujado y no encontramos cables de iniciar por ninguna parte. Entonces tuve que pedirle el carro prestado a mi mamá y salimos con Nicolás, que juega en mi mismo equipo, al filo de las diez.

Lo malo de los partidos a las once de la mañana es que el regreso por la autopista es mucho más demorado porque usualmente se acaban después de la una, cuando media Bogotá está saliendo por esa vía los domingos. Además, mi mamá estaba enferma también y fue la esposa de mi tío quien se hizo cargo de Pipe. De todas maneras el pequeño Felipe estuvo juicioso y tranquilo y durmió un rato largo.

Llegué de regreso casi a las tres de la tarde y le hice una caricia al carro de mi mamá con la puerta de entrada de la finca. Me dolió como si me hubiera raspado los cachetes y peor aún, tener que contarle a mi mamá. No fue nada grave, pero ay... qué dolor.

Finalmente aparecieron unos cables para iniciar la batería pero ya no había baterías disponibles, porque el carro de mi mamá tiene la batería sellada. Todo seguía divinamente en mi día. Afortunadamente Pipe estaba tranquilo y contento, viéndome infructuosamente tratar de encender el carro para que una vez más, muriera en el intento. Finalmente mi hermano llegó a las cuatro y media a darme una mano y resulta que los cables no estaban funcionando bien. Tuvimos que dejar la carga 20 minutos hasta que por fin resucitó mi carro. Solo me faltó darle respiración boca a boca por la tapa del radiador. Qué sufridera.

Previendo que el tráfico iba a estar complicado, salimos apenas el carro encendió. Pipe duró despierto casi todo el camino y solo se durmió a unas cuadras de la casa, por lo que estuvo el resto de la tarde somnoliento.

Ayer no tenía cena para darle. Entonces cociné. Le hice una pechuga de pollo, se la desmenucé y la bañé el miel. Unos nuggets bien pobres pero le encantaron. Se comió todo con un jugo de manzana que también improvisé. Otra vez volvió a las andanzas de jugar para que lo empiyame, pero estaba cansado y apenas lo acosté se tomó su tetero y se quedó dormido.

Anoche no escribí porque estaba muy enfermo. Sigo con tos y me subió fiebre. Es duro tratar de estar bien y que el cuerpo no responda. Hoy trataré de cuidarme, pero también hay cosas por hacer.

Ah, y ayer el día finalmente no estuvo tan malo porque ganamos el partido. Eso le puede arreglar a uno una semana entera.

Gracias por leerme. Perdón por estos saltos de días pero claramente las noches no son predecibles. Abrazos.



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