miércoles, 12 de julio de 2017

Día 42. Julio 11. Faltan 86 días.


Ayer fue un día llenó de emotividad. Cumplí 43 años y no sé si exista algo así como la depresión de los 43, pero estuve muy sensible todo el día. El pequeño Felipe se despertó faltando un cuarto para las seis de la mañana. Estaba sonriente pero todavía somnoliento. Entonces le pasé el tetero y en vez de estirarme los brazos para que lo cargara, me pidió que le echara la cobija encima y se quedó haciendo pereza un rato acostado en su cuna.

Yo aproveché para prender el calentador y alistarle la ropa. Finalmente me llamó a las 6 y 20 para que lo sacara de la cuna. Lo pasé para mi cama pero rápidamente se fue a su cuarto de juegos. Lo bañé antes de las siete y bajamos a desayunar. Su "nanu" estaba durmiendo en primer piso porque la noche anterior se quedó a dormir porque me iba a cocinar el almuerzo de cumpleaños junto con su novia Manuela. El pequeño Felipe no aguantó la curiosidad y les abrió la puerta de par en par mientras dormían. Siempre lo hace. Le encanta hacer esa entrada triunfal y que las puertas suenen bien duro. Pero ni se inmutaron. Estaban profundos. Entonces le pedí a Pipe que saliera y les cerré la puerta otra vez. Nos fuimos a desayunar y Pipe habló un rato con su mamá por Skype. Ya se ha vuelto parte de la rutina que sea el desayuno el espacio de encuentro entre el pequeño Felipe y Ángela. Es el único momento del día en que coinciden y pueden verse con tranquilidad.

Antes de las ocho fui a llevar al pequeño Felipe al jardín y se quedó allí como todos estos días, sin problema. Yo regresé a la casa para organizar algunas cosas. Ya me sentía mucho mejor de la tos. La noche no fue tan cruel como las anteriores. Nicolás y Manuela se levantaron al filo de las diez y a las once estaban desayunando, lo que auguraba un almuerzo tardío por lo cual me fui comiendo unas galletas con un tintico.

A las dos y media almorzamos y parece que a Nicolás vivir solo le ha despertado sus dotes culinarios. Prepararon un lomito delicioso, con arroz, papa criolla y además jugo de tomate de árbol, el inmortal jugo de tomate de árbol que nunca pasará de moda.

Por la tarde compartimos con Nicolás y con Manuela hasta que debí ir por el pequeño Felipe al jardín infantil y Nicolás se fue a acompañar a Manuela que se iba a trabajar. Encontré a Pipe jugando, entretenido y contento, tanto, que no se quería ir conmigo. Tuve que ser paciente y esperar a que se distrajera para poderlo cargar y sacarlo disimuladamente. A la hora que llego por él ya quedan poquitos niños y todos están relajados, aprovechando los juegos que hay en el jardín que no son pocos, entonces tanta diversión los amaña.

Regresamos con Pipe a casa y seguimos la rutina como siempre. Llegamos, unas galleticas con jugo y Zoo Moo para ver la colmena feliz. Le di la cena y a las siete regresaron Nicolás con Manuela porque al fin ella no tuvo que ir a trabajar. Entonces se armó la fiesta de piyamas de Pipe con el nanu y Manuela. Manuela es niñera y tiene mucho ángel con los niños y eso se le vio con Felipe. Realmente disfrutó su compañía y le gastó la última pila que le quedaba.

Apenas le di el tetero a Pipe se tiró a la cuna y nos salimos para que durmiera. Cayó de inmediato. Fue un buen día para él, estuvo contento, animado, juguetón y disfruta mucho la presencia de su "nanu", a quien identifica como una persona especial. Sabe que es alguien más cercano que el resto de la humanidad e incluso que el resto de la familia. Es su "nanu".

Ahora estoy colgado con el diario, atrasado un día y corriendo para no tener que adelantar el cuaderno cuando ya hayan pasado muchas hojas. Mañana me pondré al día y procuraré seguir escribiendo cada noche para no estar arrastrando la presión de que se me junten los días como hoy.

Muchas gracias por leer y perdón por los atrasos. El de ayer fue porque estuve respondiendo los saludos de cumpleaños hasta tarde. Me alegró mucho sentirme tan querido y tantos mensajes por distintos medios me llenaron de alegría. Lo menos que puedo hacer es responderlos todos, es mi forma de decir ¡gracias! por tanto cariño y tanta paciencia. Bueno, les deseo una feliz noche y dejo la promesa de no colgarme como hoy. Abrazos fuertes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario